Translate

viernes, 9 de agosto de 2013

La Celestina

 
 

-Felicitaciones, Ana… Lo has conseguido.

Lali alzó la vista del papeleo y sonrió levemente. Clara, estaba en la otra esquina levantando sobre su brazo una taza de café y con la sonrisa reflejada en toda la cara. ¿Y quien no? Lali sabía exactamente que cada vez que ella se proponía en unir a una pareja –que obviamente tenían mucha química – Lo lograba.

Levanto el tazón con chocolate caliente y sonrió mientras sorbía. Ana, quien estaba al lado de Clara, sonreía sonrojada y abochornada por las felicitaciones repentinas de la mayoría de sus compañeros de trabajo. Es que el hombre del que estaba enamorada, se había fijado en ella. Amén. ¿De quien sería la responsabilidad?

-Oh, Dios Mío… Tienes una sonrisa de maníaca en la cara…

Esa voz… Frunciendo el seño levantó la vista. Peter Lanzani, su compañero de trabajo estaba justo al frente de ella… Sonriendo de manera enigmática y intrépidamente atractivo, como era de esperarse…

-Piérdete…

Oyó la risita ensordecedora –y tentadoramente sexy de Peter… ¿Por qué siempre venía a molestarla? Es que no tenía nada que hacer; Todas las mujeres del trabajo pensaban en él, lo nombraban a él por lo menos una vez al día… ¿Qué quería? ¿Qué ella cayera enamorada a sus pies? Pues con ofensas no iba a lograrlo.

-Siempre hueles bien ¿Qué perfume usas, La?

Que le den. Pero hablando de perfume… Aspiró profundamente el olor; Fidji de Guy Laroche… Como amaba los perfumes y ese era sin duda alguna uno de los que la mataban; varios de sus amigos que se habían ido de vacaciones, le trajeron un frasco de regalo y solo lo usaba de vez en cuando para no gastarlo.

 

 

-No creo que deba siquiera importarte… -Levantó unas cuantas hojas y intento no mirarlo directamente; porque Lali sabía que si lo veía a los ojos terminaría por flaquearle las piernas…

Pero aun así, no resistió la tentación cuando Peter se dio la vuelta para hablar con una de las chicas del trabajo… De ojos completamente claros como el agua y cabello castaño oscuro con un corte correctamente masculino. Sus musculos se marcaban a causa del ceñido traje que llevaba y la corbata estaba suavemente deshecha alrededor de su cuello; Tenía una sonrisa encantadora y una barba de dos días que se extendía como una sombra negra sobre su barbilla.

Respira. Tú puedes…

A Peter lo único que le hacia falta era una novia… Una esposa… O algo con lo que distraerlo lo suficiente como para no causar una revolución femenina en el trabajo.

Abrió los ojos sorprendida y se sobresalto ante la descabellada idea que comenzó a maquinar su cerebro… ¡Ella podía hacerlo realidad! Después de todo, Lali siempre lograba formar parejas de todo tipo.

-¿La? ¿Estás aquí?

Suspiró cansinamente y contesto con un sonoro, si. Candela, su mejor amiga se adelanto y se acercó a ella sosteniendo entre sus manos un enorme pastel de chocolate –obviamente casero – y en su brazo derecho colgaba una bonita bolsa de regalo.

Como era de esperarse Candela había entrado a su departamento como Pedro por su casa; pero es que quien le mandaba a Lali a cederle una de sus llaves extras… No es que le molestaba, era solo que seria mejor si aprendiera a tocar.

-¿No tienes nada mejor que hacer?

 

 

Candela frunció el ceño e infló sus mejillas de manera cómica. Lali pensó en ese momento que Cande era como una niña… Una niña muy atractiva e interesante; Lali se encogía al estar junto a ella, siempre en las calles cuando caminaban juntas la mayoría de los hombres se daban vuelta e incluso dejaban de hacer algo para ver a Candela pasar.

Pero ella no estaba celosa… ¿Por qué habría de estarlo? Desde luego, ya llevaban muchos años siendo amigas y Lali solo se había preocupado por encontrar al hombre correcto que hiciera feliz a la persona que había llevado tantos hermosos momentos a su vida… Cande se merecía sin duda alguna, solo lo mejor… Y tenía una ligera idea de quien seria perfecto para ella.

 

 

-¿Cita a ciegas? –Peter dejo lo que estaba haciendo y subió la vista para observar completamente a Lali. Ella se removió nerviosa en el asiento frente al escritorio. ¿Se podía ver más adorable? -¿Con quien?

-Con mi mejor amiga…

La mejor amiga de Lali. Peter no tenía ni idea de cómo seria, pero no tenia muchas ganas de pautar una cita con nadie que no fuera Lali. Desde que ella había entrado a trabajar en las oficinas, no podía dejar de mirarla ni pensar en ella. En efecto, había sido amor a primera vista.

Lali era preciosa, no importaba como la vieran los demás. Para él era la criatura más maravillosa, impactante e interesante que hubiera visto. Con sus cabellos castaños y sus ojos color chocolate. Pestañas largas y lindos pómulos; Tenía un sexy lunar sobre el labio superior y uno en su mejilla. Era atractiva y agradable.

-Va ser que no…

-¿Pero, porque? ¡A ti te vendría bien una novia!

Peter no pudo evitar soltar un suspiro de frustración. Y es que ella no solo era hermosa, si no que también cuando tomaba algo de confianza se le iba la lengua hasta por los poros.

-Escúchame bien, Celestina –Oyó la exclamación ahogada de Lali y sonrió –Puedo encontrarme a alguien yo solito…

-Pero… pero… ¡No soy ninguna celestina!

Se encogió de hombros.

-Te encanta juntar a la gente… Es… ¿Cómo se dice? Ah si, Tú debilidad. Has juntado a la mitad de la gente de la oficina, solo que ellos no lo saben –Se inclinó hacia delante y observó directamente los ojos chocolate de ella –Pero yo… Si que lo sé.

Disfruto muchísimo al verla levantarse completamente roja y caminar hacía la puerta. Lali no podría huir durante mucho más.

Jodido tío de mierda. Apretó los puños a los costados mientras avanzaba con rapidez hacía el baño. Detestaba sentir maripositas en el estomago solo con pensar lo cerca que estuvo durante un segundo de su cara… No podía dejarse caer en las sucias artimañas de Peter Lanzani... Concentración.

Por la ventana del edificio observó a una pareja tomada de la mano y sonrió levemente olvidando su enojo. Lanzani había acertado… Ella era una Celestina, le encantaba unir parejas de todo tipo… Personas que ni en mil años lograrían estar unidas si fuera por si solas. Era una especie de don, había logrado convencerse de que así era; Lali jamás había tenido bueno ojo para los hombres, solo había tenido dos novios en toda su vida y los dos la engañaron y luego cobro venganza olvidándolos por completo al enterrarlos en lo más profundo de su mente.

Se negó a volver a mantener una relación amorosa si sabía que iba a fracasar. Y eso era lo que pasaba…

Ana, la última chica a la que había emparejado con el hombre al que amaba; estaba ocupada escuchando atentamente cada una de las palabras del chico… Lali observó la expresión ilusionada y feliz de ella y se le encogió el corazón. También deseaba algo así… Pero no debía.

 

Bajó la mirada y se dirigió hacia la puerta. Hoy tenía que hablar un rato con Candela.

-Te ves horrible…

-¿Sabes que? Te agradezco que me lo digas de todo corazón y con sinceridad... –Levantó la tarrina de helado de chocolate y comió una gran cucharilla. Candela la observaba mientras fruncía levemente el entrecejo y negaba la cabeza. ¿Cómo culparla? Lali era una obsesiva del chocolate… ¡Siii! Lo admitía… ¿Y que?

Se llevó una tercera cucharada a la boca ignorando todo a su alrededor y concentrándose en la película vieja que había puesto en el VHS. Por suerte su armario estaba repleto de clásicos de películas viejas; Lo que el viento se llevo; Un tranvía llamado deseo; Todo ese tipo de películas se encontraban en su estantería.

-¿Por qué te encierras aquí a comer helado de chocolate? ¿Ha sucedido algo en el trabajo?

-No, lo normal… Solo que, tu me entiendes… Estoy algo, no se… Rara; Me siento rara.

-Si, si. Dime ¿Estás en tus días? Todas nos sentimos raras cuando estamos en nuestros días –Candela dejo su bonita cartera de lino sobre uno de los muebles de la sala de estar y se sentó cerca de Lali.

-¡No es eso! Es solo que estoy deprimida ¿De acuerdo?

Lali supo que Cande estaba obviamente frunciendo el entrecejo. Una idea recorrió su mente. Repentinamente vio como Candela se estremecía y la miraba asustada. ¿Quién no lo haría? Si de un momento a otro la sonrisa se había extendido elevando las esquinas de sus labios maliciosamente.

 

 

 

Peter Lanzani frunció el ceño. ¿Era todo esto una buena idea? No lo creía… Sinceramente que no lo creía en absoluto.

-Solo es un pequeño favor, jefe –Lali estaba frente a él con una gran sonrisa y una fingida pena reflejada en las dulces facciones de su rostro. No, definitivamente no era buena idea.

-¿Y que podría ser? –Preguntó él, esperando oír como ella le decía exactamente de que mal iba a morir.

-Pues… Una cita doble –Antes de que pudiera siquiera abrir la boca en son de protesta, siguió su explicación –Es que yo había quedado con alguien, pero se me había olvidado que ese día era una fecha muy importante para una gran amiga mía ¿Sabe? Es el aniversario de que compró a su perro que lleva cinco años con ella…

Peter arqueó una ceja.

-… Se me olvido avisarle y como no quiero dejarla sola en un día tan especial para ella, pensé que si lo invitaba a usted, obtendría una unión provechosa durante la cena; Así usted no se aburre, ni ella tampoco lo hace. ¿Qué opina?

-Opino que… Debería usted estar discutiendo sobre trabajo y no sobre una cita que es muy obvio, no tendrá mi asistencia, ya que yo no tengo interés en su amiga.

Lali hizo una expresión de disgusto y ofensa.

-Ella es muy bonita ¿Sabe?

-Y yo no he dicho lo contrario. Pero si he dicho que no estoy interesado, desde un principio –Peter deposito las carpetas con el papeleo sobre el escritorio de ella –Me gusta que seas una celestina y hagas tan bien tu trabajo que todo el mundo sea feliz. Pero odio que intentes hacerlo conmigo.

Lali se mordió el labio inferior y asintió levemente.

-Soy tú jefe y tienes que respetar eso; Ahora… No quiero volver ha oír algún tema de tú vida privada y de tus ideales para inmiscuirte en mí futuro –Por lo menos de ese modo. Peter no quería ser emparejado con nadie; lo que más deseaba era que Lali le prestara atención, que lo mirara a él y se diera cuenta de cuanto la deseaba y desde cuando lo hacía.

¿Cuándo fue la última vez que estuvo con una mujer? Justo una noche antes de conocerla… Hace dos años… No había vuelto a tocar a ninguna, porque sabía que en la única en quien pensaba y en quien pensaría seria Lali.

¿Pero y si intentaba ponerla celosa? No… No creía que funcionara… A pesar de que Lali le tomara confianza como para actuar de vez en cuando por medio de su faceta alocada; la mayoría del tiempo se veía serena y completamente seria… lo cual le molestaba con fuerza y al mismo tiempo adoraba. Lali no parecía ser el tipo de chica que celaba a algún hombre. Lo que si parecía ser, era del tipo que no perdona fácil alguna falta –por no decir que quizás ni era capaz de perdonar.

La observaba trabajar y se había encontrado con ella varias veces en la calle durante el verano –con su cuerpo envuelto en sencillos vestidos de colores – claro que él fingía no haberla visto o talvez era ella quien fingía no verlo. Solo sabía que no se saludaban. En el invierno con su cazadora y su suéter, una persona que sufría por culpa de la frialdad.

Se había alejado del escritorio de Lali y a escondidas la observó escribir unas palabras en el ordenador y luego soltar un suspiro de resignación. ¿Habría sido muy duro con ella?

-Hey, tío… ¿Observando a tú amada a escondidas? –Se sobresaltó al oír la voz ronca de su compañero de trabajo y mano derecha, Frederic Toph.

-Hey…

El único que sabía sobre su enamoramiento hacia Lali. No era precisamente como si se notara ¿Oh sí? Pero aún le ponía nervioso que Frederic se le fuera a ir la lengua y soltara más información de la debida, delante de ella.

-Me pidió un favor…

-Ohhh… ¿Y tu saltabas de felicidad? ¿O me equivoco? –Dijo Frederic con una sonrisa pícara en sus labios. Fred era robusto y con el cabello castaño oscuro; piel blanca y unos agradables y picaros ojos de color olivo. Era inteligente y gracioso; amable y severo; Una persona en quien confiar. Seguramente, él mejor amigo que Peter había podido tener.

-Sí… A decir verdad, lo estaba. Hasta que me pidió que saliera con su mejor amiga –Peter frunció el ceño al oír la carcajada proveniente de la garganta de su compañero.

-¿En serio te ha dicho eso? –Dijo Frederic cuando logró parar sus carcajadas –Oh señor, que suerte tienes amigo.

-Sí… La mejor de las suertes, sin duda.

 

 

Bien… Lali alzó la vista por el restaurante buscando a su cita. A su lado, Candela se removía incomoda.

-No debería estar aquí, Es tú cita después de todo.

-No digas bobadas. Te había prometido que te acompañaría el día de hoy pero ocurrió un inconveniente; se me olvido que tenía una cita –Siii.. Claro, también había intentado convencer a su jefe para que le hiciera compañía a su amiga y el muy cascarrabias dijo que no.

Al final del restaurante diviso a Agus Mathwes, el chico que vivía al lado de su apartamento y al que le había tomado dos horas convencer para que la ayudara a juntar a su mejor amiga –la cual ni siquiera conocía, pero que más da –con el hombre que le tenía planeado –el que por cierto, se había negado a venir.

Tomo del brazo a Cande y se adelanto hacía la mesa en donde estaba sentado él.

-Buenas noches, Agus.

-Buenas noches, Lali –Contesto y luego observó a Candela quien le sonrió débilmente y luego murmuro un hola.

-Ella es Candela. Candela él es Agus.

-Mucho gusto –Dijo él tendiéndole la mano; Lali pudo notar el repentino sonrojo en las mejillas de Candela. Oh-oh… Se sentaron los tres en la mesa y Agus alzó la mano para llamar al camarero; trajeron los menús y pidieron la comida acompañada con champaña. Hablaron sobre cosas triviales durante un rato.

-Espero me disculpen, pero iré al tocador.

Lali se levantó. Podía sentir la química resurgiendo entre Agus y Candela y aunque le doliera el corazón tenía que admitir que no era tan mala idea. Agus era un excelente abogado y podía darle muchas cosas; Solo que ya él no parecía su cita y la que estaba pintando de más era ella.

-¡He, Celestina! –Lali se sobresaltó al oír una voz conocida. Se dio vuelta para encontrarse con Peter Lanzani. Parpadeó sorprendida y se hecho hacia atrás.

-¿Jefe?

Peter arqueó una ceja y se cruzó de brazos.

-¿No era aquí el lugar de la cita doble?

Lali se hecho hacia atrás y asintió quedamente. ¡Había venido! ¡En realidad sí había venido!

-Pero… Pero…

-Lamento llegar tarde, ¿Ya han comido? –Preguntó. Lali negó rápidamente con la cabeza y no pudo reprimir que la sonrisa abarcara toda su cara. Se olvido por completo de ir a retocarse su simple brillo labial y su mascara para pestaña. Tomando a Peter por el musculoso brazo –intento evitar pensar en la electricidad que sintió al tocarle los bien formados bíceps con la mano-se dirigió de nuevo a la mesa.

Señor. Ella estaba preciosa. Como había esperado Peter, Lali no iba muy maquillada, solo llevaba un brillo, colorete y mascara para pestañas. Sus cabellos castaños y ondulados estaban recogidos en una coleta alta y un par de rizos estaban sueltos por su nuca; sentía deseos de soltarle sus cabellos y hundir las manos entre ellos. Llevaba un vestido que se adhería a sus curvas, de color negro y unos simples tacones no muy altos que de seguro no le impedían para nada caminar.

Llegaron a una mesa donde una mujer muy atractiva y un hombre bien parecido, conversaban con tranquilidad sobre los sonetos de Shakespeare.

-Cande, Agus… Miren quien ha llegado; el es Peter Lanzani –Peter se estremeció al no estar completamente preparado para oír la hermosa voz de Lali.

-Es un placer conocerlo, Señor Lanzani –Dijo Agus mientras le tendía la mano, pero aun así su cara reflejaba desconfianza.

-Lo mismo digo.

Saludo de la misma manera a la tal Cande –quien debía ser la mejor amiga de Lali-Pero ella estaba más ocupada prestándole todo tipo de atenciones a Agus como para reparar en él. Mejor así. Había venido a este lugar después de haberlo pensado con la mejor calma del mundo y si no tenía que soportar una empalagosa cita para ver a Lali, era como estar en el cielo.

No queria decepcionar a Lali por nada del mundo, por lo que decidio que lo mejor era intentar formar un poco de conversación con Candela.

-A si que es usted el jefe de Lali –Dijo ella interesada.

-No el jefe en sí, soy el supervisor.

-Ya veo –Candela tenía una mirada pensativa. A pesar de todo le pareció una chica muy amable y agradable a simple vista -¿Y como es allí? ¿Le encanta emparejar gente, sabías?

Peter reprimió una carcajada al ver a Lali ahogarse con el trago de Champaña. Estaba seguro de que no le haría mucha gracia si lo veía riéndose de ella.

-En la oficina empareja a mucha gente… Pero solo muy pocas se dan cuenta de que es ella quien manipula los hilos –Entonces la observó.

¿Por qué la miraba así? Lali sintió un agrió sabor en la boca al verse observada de una manera tan sensual por parte de Peter. La respiración se le tranco y los labios se le agrietaron. Desvió la mirada y tomo un buen sorbo de Champaña… Su cita ahora estaba más interesado en Candela que en ella y Peter Lanzani no le hacía caso a su mejor amiga si no a ella… Suspiró.

¿En que enredo se había metido?

-Van a querer postre –Se oyó al camarero mientras se encargaba de recoger los platos uno a uno. Los ojos de Lali se ensancharon y otra sonrisota surgió en todo su rostro.

-Si… Un Tiramisú para mí, por favor –Chocolate, chocolate… Casi podía oír la cancioncita en su cabeza mientras el camarero anotaba la orden.

-¿Algo más?

-Si, yo deseo un Brownie –Dijo Peter. Pero nadie más pidió algo –Lo siento, soy adicto al chocolate y los dulces –Peter sonrió avergonzado.

-¡Yo también! –Lali no se había dado cuenta de la que había hablado, fue ella. Junto las manos sobre su falda al ver la sonrisa de Peter; Tragó saliva y desvió la vista. Tenía que dejar de escuchar el sonido estrambótico de su corazón al solo verlo. Peter Lanzani, solo era eso… Peter Lanzani.

¿Por qué no ayudaba eso en mucho?

Luego de un rato –cuando por fin habían dejado de comerse los dulces-Habían decidido ir a casa. Como Lali había esperado, en vez de que Peter se ofreciera a llevar a Candela a su casa… Fue Agus quien lo hizo; Cande se vio Encantada al mismo tiempo que avergonzada y apenada. ¿Quién no? ¿No se suponía que Agus era la cita de Lali y Peter la de Candela? Pues parecía al reverso.

-Está bien, después de todo era una salida de amigos, Cande –Aun que Lali haya dicho esto y haya hecho lo posible por animarla; Candela se fue con Agus… Pero con cara de que le hubiera robado el novio a su mejor amiga. A pesar de no haber hecho tal cosa, al principio, Agus era SU cita.

Con un suspiro, Lali se dio vuelta.

-Gracias por haber venido, Jefe –Peter estaba recargado de su convertible y encendía con calma un cigarrillo. La pose en la que estaba era tan sexy; Ella sintió un temblor abarcándole el vientre y las entrañas, al mirar las grandes y callosas manos de él. ¿Cómo seria ser acariciada por ese par de sensuales manos? ¿Entrarían sus pechos en ella? Aguantó la respiración al darse cuenta de que estuvo a punto de soltar un gemido.

-Es igual; Pero por lo visto tú amiga prefirió la compañía de tú cita, antes que la mía.

-Vea el lado positivo –Lali intentó sonreír –Si usted no hubiera venido, estaría yo haciendo de mal tercio.

Peter la observó con su par de oscuros ojos alumbrados por la luz plateada de la luna.

-En efecto.

Lanzani abrió la puerta del copiloto de su auto y Lali no pudo evitar sobresaltarse. ¿La iba a llevar a casa?

-Vamos a tomar un trago…

Suspiró aliviada. Que bien, porque no quería ir y entrar a la soledad de su departamento.

Entraron a un pequeño bar cerca del restaurante en donde habían cenado. El lugar era pequeño y acogedor, con muebles viejos y decoración hogareña. Jamás había visitado un lugar tan bonito y agradable como aquel viejo local.

-¿Te gusta? –Pregunto Peter mientras se sentaba en un banco frente a la barra y pedía una cerveza. Ella asintió y se sentó junto a él.

-Es muy bonito…

-Me gusta venir aquí después del trabajo. Normalmente está solo y no hay nadie que te moleste –Lali estaba de acuerdo con eso, a pesar del agradable lugar, solo habían unos pocos clientes, los cuales se podían contar con una sola mano -¿Qué quieres tomar?

-Ah… Un… Una cerveza estará bien.

El barman deslizo su pedido hasta que este llego a sus manos. Lali le dio un buen trago y soltó un suspiro de alivio. No es que le gustara mucho la cerveza, pero de vez en cuando era bueno poder probar alguna.

-Entonces… Tú cita te dejo tirada y se fue con tu mejor amiga –Oyó decir a Peter –Valla… Eso suena tipo película.

Lali se recostó del espaldar de la silla y soltó una risita. Había tomado bastante champaña y ahora una cerveza ¿Eso le sentaría bien? No le importó y se la bebió de un trago para decirle al mesonero que le trajera otra.

-Es lo mismo –Se oyó a si misma con un tono de voz chueco –Después de todo la idea de la cita doble era para conseguirle pareja a Candela – Levantó su segunda cerveza y tomo dos tragos –Yo solo estoy allí para ayudar.

Soltó otra risita y miró a Peter.

-¿Nunca has hecho algo por tus amigos?

Peter levantó la cerveza y se la llevo a la boca. Ella pudo apreciar la nuez de su garganta mientras bebía y la deliciosa barba de dos días que se extendía por su barbilla y se moría de ganas por acariciar. Mordió su labio inferior sintiéndose completamente atrevida.

-¿Puedo tocarte?

Peter se dio vuelta, sorprendido y dejo de tomar el licor. La observó con los ojos bien abiertos, lo cual hizo que Lali pensara que fue muy mala idea haber preguntado. Pero los ojos de él se encendieron al dar vuelta a su cuerpo y quedar frente a ella.

-Adelante…

Lali tragó saliva y extendió la mano derecha rozando la yema de los dedos contra la áspera barba de Peter. La piel se le erizó y la respiración se le volvió pesada y descontrolada. Deslizó los dedos por toda la amplitud de su rostro rozando su frente, sus cejas, parpados cerrados, nariz, barbilla y labios.

Retiró la mano y acercó su rostro lentamente hacía la cara de él, dejándola a escasos centímetros. Peter abrió su par de ojos color agua y le observó toda la cara. Entrecerró los ojos y Lali los cerró por completo cuando deslizo sus manos por sus mejillas acariciando la comisura de los labios con los pulgares.

Y sintió una descarga eléctrica recorrer toda su espalda ante el roce de labios propuesto por él. Un simple roce, solo eso.

Luego, no sabía como acabaron en el carro y luego en el departamento de él.

Las manos de Peter se deslizaron por sus piernas levantando lentamente el vestido y dejando al descubierto cantidades de piel que no deberían ser vistas por cualquiera. Su bonito vestido opaco quedo al otro lado del salón mientras el besaba con avidez sus labios y con su lengua imitaba un delicioso vaivén erótico.

Lali empujó sus caderas hacía adelante contra la pelvis de él. Lo oyó gemir y toda su piel se volvió de gallina.

Peter dejo de besar sus labios y con sus manos se comenzó a deshacer del sostén negro con encaje que había comprado especialmente para ponérselo debajo de ese vestido –solo que nunca imagino que terminaría siendo quitado por algún hombre-mientras que lograba trazar un camino de besos sobre su cuello y clavícula.

Él iba a quitarle las bragas cuando lo detuvo por el brazo.

-No es justo… Tú estás completamente vestido.

Peter soltó una risita.

-Bien… Buen punto –Y comenzó a desvestirse iniciando por la corbata y el chaleco.

-¡Espera! ¡Quiero hacerlo yo!

-Será otro día cariño –Dijo él quitándose la camisa blanca y lanzándola al suelo. Lali examinó el hermoso pecho, completamente bien formado y los brazos entrenados con pesas que en esos momentos se encargaban de desabrochar los botones de sus pantalones.

Se quedo sin aliento cuando el quedo con un simple boxers de seda negra que se ajustaba a su miembro. Las piernas musculosas y agradablemente firmes y duras como una roca a simple vista.

Peter se acercó a ella y rozó con sus dedos la liga de la braga –que iba por su vientre-haciéndola gemir desvergonzadamente.

-Estamos iguales ahora ¿No?

Lali asintió y él la levantó en brazos llevándola por el pasillo hacia la habitación. Ella no se preocupo por analizar el lugar, porque justo en ese momento cayeron sobre la cama.

Peter soltó una risita y ella no pudo evitar soltar una también. Pero a los pocos segundos, los ojos de él volvieron a encenderse y sus labios volvieron a buscar los suyos. Lali respondió el beso pasando los brazos por sus bien formados hombros y atrayéndolo hacía ella.

La mano derecha de Peter se abrió paso recorriendo su clavícula hasta llegar a su seno y entonces le apretó haciéndole soltar un gemido que fue ahogado por el beso y la lengua que penetraba en ella.

Jugó con el pezón presionándolo entre sus dedos; Ella se retorció bajo él. Peter paro de besarla y Lali gemía y jadeaba.

-Juro… Juro que no hago este tipo de cosas con cualquiera…

-Lo sé –Dijo Peter besándole la frente –Considero un privilegio que me dejes hacerte el amor.

Beso su cuello, luego su clavícula y bajo hasta llegar a la cima de uno de sus montículos, entonces se lo introdujo a la boca golpeándolo levemente con su lengua. Ella se retorcía y gritaba. Jamás había sentido tanto placer al ser tocada por un hombre… nunca había disfrutado de las relaciones sexuales como en se momento.

Él paso a besar y a lamer el otro pezón.

-E… Peter… Por favor –Se sentía exhausta y en su límite. Necesitaba sentirlo de una vez…

Él paro de jugar con sus pezones y deslizó su mano hasta llegar a sus bragas, introdujo su mano en ella y acaricio los rizos ocultos. Volvió a gritar y a gemir con dificultad y pensó que alcanzaría el clímax cuando él introdujo un dedo dentro de ella.

-¡Peter! –Dijo en un grito y lo obligo a sacar sus dedos. Lali comenzó a respirar con dificultad –No… No lo hagas así.

Él sonrió.

-Lo siento, pensé que te gustaría.

-Me gusta –Dijo ella pasando un mechón de cabello de el detrás de su oreja –Es solo que, no quiero llegar a la cima sin ti.

Pudo ver como él sonrió cariñosamente y poso sus labios levemente en la frente.

-Si supieras… Que solo verte así, debajo de mí… Hace que este a punto de correrme.

Lali se sorprendió. Pero no le dio tiempo de decir nada, Peter se deshizo de su braga y luego de sus propios boxers y se instaló entre sus piernas. Apoyó sus brazos a ambos lados de su cuerpo y comenzó a penetrarla levemente, esperando que su interior se amoldara al tamaño de su miembro.

Ahogo un grito ¡Dios mió, él era enorme!

-¿Tu… Tu crees que entre?

El sonrió y asintió.

-No tienes ni idea de cuanto he estado esperando esto… Prometo no hacerte daño Lali, confía en mí.

Busco con su mano la mano de él y apretó uno de sus dedos.

-Confío en ti.

Y Entonces se introdujo en ella. Dios mió. Una sensación le recorrió todo el cuerpo y comenzó a gemir y a jadear mientras el embestía una y otra vez, adentrándose en lo más profundo de ella. Aguanto la respiración.

Y Peter se aproximó y la beso. Penetro en su boca con la lengua y ahogo cada uno de los gemidos imitando el ritmo de sus caderas con su lengua. Ella quería gritar, pero le era imposible.

Entonces alcanzó el orgasmo; se sacudió en varios espasmos mientras soltaba un grito de placer y se abrazo a Peter por los hombros. Él Dio un último empujón y también alcanzó el clímax quedando extendido sobre ella.

Lali le acarició los cabellos castaño oscuro y abrazó con fuerza sus hombros. Por primera vez en un tiempo se sintió en paz… Había descubierto, que lo amaba.

Peter permaneció sobre ella un buen rato hasta que se separo y le observó el rostro para luego besar levemente los parpados, la frente, las mejillas y los labios.

-Ha sido increíble.

Lali asintió.

Peter la observó durante un rato, con unos ojos tan cariñosos y amorosos que el corazón se le encogió de pura felicidad. Las lagrimas empañaron sus ojos y se deslizaron por sus mejillas llegando hasta su barbilla.

-¿Qué pasa?

Peter intentó limpiarle las lágrimas con la mano y le beso de nuevo los parpados. Se movió de encima de ella y se acostó a su lado atrayéndola hacía él y abrazándola con fuerza. Lali estaba feliz; pero al mismo tiempo muy triste y melancólica… Podría ser que Peter se acostara con ella, pero y si en realidad lo que quería era una relación informal ¿Aceptaría ella? No... Eso era algo que sabía de sobra… No deseaba ser algo informal para un hombre; no era esa clase de mujer.

Tampoco deseaba sufrir y que la volvieran a engañar… Pero no sabía que hacer ni de cómo sacar el tema.

Se dejo abrazar durante unos segundos y luego ella misma secó sus lágrimas.

-Creo que tengo que irme.

Estuvo a punto de levantarse, pero la mano de Peter y su cara enojada la detuvieron.

-Espero que no estés pensando en huir.

Lali se hecho hacía atrás.

-¿Huir? ¿Yo?

-Sí tú… -Peter suspiro y se sentó en la cama. Se hecho con una mano su cabello castaño oscuro hacía atrás –Escúchame bien, Celestina –Estuvo a punto de protestar pero Peter volvió a callarla –Llevó prácticamente años, esperando esté momento… Espero me disculpes… pero no dejare que escapes de mí tan fácilmente.

Lali abrió la boca sorprendida.

-¿Cómo?

-Me dejaste probarte… -Se acercó a ella con una sonrisa sensual –Te he hecho mía y créeme que tengo pensado seguir haciéndolo durante años y años y años.

Sorprendida y con repentinas ganas de llorar lo observó atentamente.

-Jefe… ¡Tú me amas!

El se hecho hacía atrás sorprendido, arqueando una ceja y con cara abochornada y repentinamente sonrojada. ¡Un hombre como él sonrojado!

Peter suspiró y miró hacía otro lugar.

-Si que lo hago… Al fin te das cuenta.

Lali soltó una carcajada seguida por unas cuantas lagrimas.

-Yo también te amo –Se lanzó a sus brazos y le dio un beso en la boca -¿Sabes que? Tú eres mi Jefe Favorito…

Peter soltó una Risita.

-¿Ah si? –Entonces pensó un poco –…Entonces tú eres mi celestina favorita.

FIN
 
----------------------------------
Y esta es "La Celestina" de Antonella Pizzi una escritora de 19 años y que escribir es su hobbie, su blog es http://sweet-secret-heart.blogspot.com.es/ y espero que les haya gustado!
 
Nos leemos el martes o miércoles que os subiré los argumentos de las novelas y vosotras elegireis cual subiré.
 
Besos y abrazos ♥
 
@getcrazywithlip

3 comentarios:

  1. Hola que buena nove! Espero con ansias leer otra nove tuya :) me gustaría que leyeras mi nove abetterworldlaliter.blogspot.com soy @AnglesCasi

    PD: si te gusta hazme saber por el Twitter o por el blog, para avisarte cuando haga capítulos! Besos. :****

    ResponderEliminar
  2. Aaayyy me re encantooooo!!!muraa la Celestina y el Jefe..baja..ssyy me mueroooo..ya espero los adelantoooos..u.u @pl_mialma

    ResponderEliminar
  3. Uau estuve increible
    Esa chica escribe muy bien
    Gracias por subirnos algo
    Beso

    ResponderEliminar